TRASFORMACIÓN Ó COEXISTENCIA


Al mirar una de esta obras de arte caemos quizás en la cuenta de que en ella hay una trasformación. Una transformación que afecta a lo que hay en ella o puede que lo que presenciemos en ella sea una coexistencia de dos realidades. Cuando contemplamos estas obras de arte vemos formas geométricas en la superficie del cuadro y a la vez vemos presente una imagen. También hay un elemento de trasformación que quizás debamos considerar.

Entonces, considerando así estos elementos internos, habremos quizás de pensar en el tiempo que tardamos en comprender la obra de arte. Tiempo no relacionado con una posible narrativa de los objetos que hay en ella. sino relacionado más bien a un proceso cognitivo de comprensión que tiene que ver con todo aquello que podamos llamar procesos de percepción.


Es entonces cuando podamos cronometrar cuánto tardan nuestros ojos en `ver´ la imagen presente en la obra de arte.

Y es quizás también entonces cuando el elemento de transformación tiene lugar. Ocurre así en un momento concreto y sólo entonces, ya que nuestro conocimiento de la obra de arte es un proceso lineal. Añadimos a nuestro conocimiento, nunca sustraemos de él, o quizás aún mejor, aumentamos nuestro conocimiento, nunca lo reducimos. `Acumularemos´ estas imágenes en nuestro conocimiento, formamos nuestra experiencia acerca de ellas.


Una vez ocurrida esta transformación somos capaces de rememorar el aspecto inicial de estos elementos dentro de la obra o, mejor, recordamos cómo vimos la obra de arte cuando la vimos por primera vez. Es una rememoración que responde a la racionalización de la experiencia visual de la obra. Por tanto, a la larga, consideramos que estos elementos pertenecen a dos grupos diferentes, dos grupos o conjuntos de elementos dentro del cuadro.



Puede que todo responda al fenómeno psíquico descrito por Freud (ver más abajo el texto sobre la omnipotencia de pensamiento). Descubrimos que estos elementos se ajustan a lo que parecen ser dos realidades. Una realidad en dos dimensiones y otra realidad desvelándose en las tres dimensiones. Entonces estaríamos mirando una imagen en la que dos realidades coexisten. Dos realidades confluyen en una imagen.

El elemento precognitivo, esto es, el elemento de trasformación de la obra de arte, ya no está. En cambio, podríamos decir que se ha vuelto una coexistencia de dos realidades. Lo que , quizás, sea una cualidad de la obra de arte en sí.




Omnipotencia del pensamiento


Sigmund Freud define en „Totem y tabú“ (Cap. III „Animismo, magia y la omnipotencia del pensamiento“) como „omnipotencia del pensamiento“ al fenómeno psíquico subyacente al mundo animista (Animismo-de ánima, alma) de las tribus primitivas

Los hombres primitivos son conscientes de la existencia del alma tras la muerte. Proveen de alma a los objetos que perciben y de esta manera tratan de abarcar el mundo que les rodea. Así funciona el Animismo,en principio como una interpretación, una doctrina sobre el mundo y en la práctica como un intento de los hombres de asimilarlo. „El hombre primitivo sabía cómo eran las cosas en el mundo, justo igual a como sabía que era su propio ser“ („The Standard Edition of The Complete Works of Sigmund Freud.“ 1913. Vol. XIII, p. 91)


Las pinturas rupestres son pruebas remanentes de esta actitud hacia el mundo. El hombre primitivo representa animales en las paredes de las cuevas para conjurarlos, no para producir un `placer visual´.

Freud llama al ARTE en nuestra civilización el único campo donde tras milenios de desarrollo la omnipotencia de pensamiento ha quedado retenida.